Aunque el nombre original de este adoratorio no se conoce, los conquistadores españoles decidieron nombrarlo con la palabra quechua K`enko, que significa «laberinto«, acaso por las laberínticas galerías subterráneas o por los pequeños canales labrados en las rocas en forma de zigzag.
Los españoles clasificaron este monumento como un anfiteatro, seguramente porque muestra una construcción semicircular. En realidad, se ignora la finalidad de esta construcción ciclópea, que bien puede ser un altar, un tribunal o la tumba de un inca, tal vez de Pachacútec. Se presume que fue uno de los santuarios más importantes que hubo en el incanato.
Ambos son lugares de culto cuya naturaleza aún no se ha podido descifrar, pero en los que destaca la predilección de los incas por la piedra y el cuidado que tuvieron en su tallado.
Quenko se halla a 4 y 6 kms. (5 min. al noreste del Cusco) por carretera asfaltada. Son dos los lugares: el Grande, que se encuentra al pie del camino que va desde Sacsayhuamán hasta Písac; y el Chico, que está a 350 metros al oeste del anterior, sobre la ladera. Este adoratorio se encuentra ubicado sobre lo que hoy se conoce como el cerro Socorro y abarca un área que sobrepasa los 3,500 metros cuadrados.
Comentarios
Publicar un comentario