Los Andes en el Cusco alcanzan para sus pobladores la categoría de montañas sagradas. Escalarlas presupone alcanzar un estado más cercano a los Apus o dioses incas y, para que la aventura marche con toda la buena energía de estos seres supremos, es preciso realizar un pagapuy o pago a la tierra.
Escalar en Cusco es una experiencia maravillosa que ubica al aventurero junto a paisajes sorprendentes y quebradas que parecen perderse en el horizonte. Los nevados en el Cusco son muy poco frecuentados y, llegar hasta ellos, es una gran aventura y una oportunidad para entrar en contacto con las comunidades del lugar.
Para la práctica del montañismo y la escalada, Cusco cuenta con dos extraordinarias cordilleras distantes entre sí: Vilcanota y Vilcabamba. En ellas se encuentran nevados considerados sagrados como son el Ausangate (B3) (6,372 ms.n.m.), el Salcantay (B1) (6,271 m.s.n.m.), y otros como el Verónica (A1) (5,850 m.s.n.m.), el Qollpa (6,100 m.s.n.m.), el Jatunhuma (6,093 m.s.n.m.), el Jatunriti (6,106 m.s.n.m.) y el Callangate (6,110 m.s.n.m.).
En la zona del Valle Sagrado existen nevados de menor dificultad técnica como el Chicón (A1) (5,600 m.s.n.m.) y el Sahuasiray (5,777 m.s.n.m.), entre otros.
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