Sería erróneo, no obstante pensar que la cusqueña es una sociedad que esconde conflictos en mayor grado que otras. En todo caso, tal vez fuera así de no ser por el importante papel de cohesión social que juegan las fiestas en poblaciones que, como la cusqueña, tienen una marcada herencia cultural de las civilizaciones andinas prehispánicas. Las fiestas implican, en efecto, un complicado sistema de cargos y jurcas, el mismo que consiste en la elección, año a año de las personas que tendrán la responsabilidad de organizar los actos festivos, los «carguyoc» o mayordomos. Estos a su vez, comprometen la ayuda de parientes y amigos para cubrir algunos de los numerosos gastos , como para encargarse de algunos aspectos del complicado ritual de la festividad.
Es tan importante la fiesta para los cusqueños, que se puede afirmar, sin temor a exagerar, que la vida de la ciudad esta pautada por el calendario festivo, que incluye desde las principales festividades religiosas, como la de semana santa y el Corpus Cristi, hasta las relacionadas con la semana de Cusco, como el desfile cívico y el Inti Raymi, pasando por las múltiples otras.
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