La cerámica cusqueña está sufriendo notorias transformaciones en las últimas décadas, seguramente bajo el influjo de la demanda turística. Las comunidades de Raqchi, en Canchis y Cuyo Grande y Cuyo Chico, cerca de Pisac, son el asiento de la producción tradicional, especializada en objetos utilitarios, pero también de algunos muy peculiares que tienen demanda entre los turistas, como las salamandras de Raqchi, vasijas en forma de botella coronada con adornos de motivos zoomorfos, y las ocarinas de Cuyo Grande y Cuyo Chico.
Los Ruiz Caro (fotografía inferior) son los iniciadores de 2 líneas que han granjeado la fama a la cerámica cusqueña, la vajilla con decoración al estilo incaico y sobre todo las chakiras, esas cuentas de collar que se han convertido en el principal producto de exportación de los artesanos locales.
Entre los ceramistas más reconocidos tenemos Pablo Seminario, quien tras largos años de investigación de técnicas y diseños precolombinos que se están elaborando en su taller del Urubamba, objetos con estilo muy personal, botellones, cuadros murales en base de placas de cerámica, lámparas entre otros conforman la colección de este artista.
Visitar Cusco y no llevarse una muestra de este extraordinario arte sería un pecado.
Comentarios
Publicar un comentario