Arte Cusqueño
Uno de los atractivos del recorrido por la región cusqueña es la variedad de artesanías típicas que ofrecen los distintos poblados. La alfarería, los tejidos y otras expresiones artesanales mantienen un conjunto de rasgos característicos – distintos, por ejemplo, de los de la artesanía de Huaraz o de Ayacucho -, al mismo tiempo que ciertos detalles varían de localidad en localidad. La ciudad del Cusco, sobre todo en el pintoresco barrio de San Blas, ofrece una gran variedad de productos artesanales de todo el departamento.
Se aconseja a los viajeros adquirir artesanía en los centros de productores, en tiendas especializadas y en los mercados de abastos, desconfiando de la calidad de lo que ofrecen aisladamente algunos vendedores callejeros. Es importante recordar que no está permitida la comercialización de piezas de arte ni de reliquias históricas, precolombinas o coloniales, por ser delito contra el patrimonio cultural de la nación. Por consiguiente, deben rechazarse las ofertas clandestinas de presuntos objetos artísticos antiguos.
El estilo artesanal cusqueño
La artesanía andina conserva muchas técnicas y formas precolombinas. Tal es el caso de los telares tradicionales, sean verticales, horizontales o de cintura, o de las técnicas del paleteado y del moldeado para la cerámica. Del arte virreinal, en cambio, la artesanía cusqueña ha heredado el ropaje formal y el lenguaje artístico, presentes en sus variadas expresiones, como la imaginería religiosa.
Artesanías de Cusco
Continuando con la valiosa herencia dejada por el incario, la artesanía popular cusqueña es una de las de mayor categoría del país. Pero en gran parte esta maravillosa artesanía se está perdiendo.
En San Blas, los famosos «sambleños», continúan elaborando a mano sus luminosas figurillas de santos, magos, niños, dioses, fiestas religiosas, procesiones, etc. Pero cada día son menos las familias que continúan dedicándose a estos menesteres.
Los sorprendentes artistas del pueblo realizan la maravillosa talla y decorado con tinta a la acetona de gargantilla, aretes, pulseras, etc., que tienen gran aceptación entre los turistas, también están desapareciendo.
En San Jerónimo se ha iniciado un interesante ensayo para la fabricación de cerámica, cuyo estilo se inspira en motivos incaicos. Las tejedoras indígenas tampoco son ajenas a este decaimiento de las artes populares. Fabrican carteras, fajas, chompas, medias, etc., que surten las tiendas de «sou-venirs». Sin embargo, «la línea cusqueña», ha iniciado un interesante repunte en este aspecto, difundida por el personal docente del Colegio Industrial del Cusco.
Cabe destacar el arduo esfuerzo que realiza el Instituto Americano de Arte, del Cusco, luchando contra la escasez de recursos, para lograr una revalorización artesanal.
Los artesanos cusqueños son muy famosos. Entre los nombres más destacados figura el de Mendívil.